miércoles, 1 de junio de 2011

A la orilla de la chimenea. ~

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemiga, tu todo, tu esclava, tu fiebre, tu dueña.
Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesina. 
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir que no soy la mejor, que me falta algo para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas.
Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento, y te deja abrazado a una duda, en mitad de la calle y desnudo.

Y si quieres también, puedo ser tu abogada y tu juez, tu miedo y tu fe, tu noche y tu dia, tu rencor, tu porque, tu agonia...
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazado a una duda, en mitad de la calle y desnudo.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, 
a la orilla de la chimenea a esperar...







Y si quieres también puedo ser tu uvita y fernet, 
tu jarra y birra, tu mareo y tu lija, 
tu resaca, tu ardor, tu agonia.
(?

No hay comentarios: