Que irónico pensar que cada vez que tuviste miedo, cada vez que lloraste, cada vez que te sentiste solo, estuve con vos, dándote la mano, acompañándote...
A cambio de eso, te pareció mejor para mi que eso no pase mas, te pareció mejor tenerme lejos  de tu vida, y alejarte de la mía para no lastimarme, y para no lastimarte a vos... Mejor dicho, para no tener que enfrentar las cosas...

Después de tanto tiempo, sigo pensando si esa decisión fue la mejor, sigo pensando en que podría haber intentado otras cosas, sigo arrepintiéndome por mi ingenuidad, y sigo viéndote ahí... Esperando que me saludes, con esa vaga ilusión de que algún día me digas que me necesitas... Que necesitas que te de la mano, y que querés volver a dormir con la luz apagada...

Y después de tanto tiempo, también, es increíble que siga escribiendo acerca de vos, cada vez que parece que lo supere, llega un recuerdo, una canción, una comida, una pelicular, un olor, un lugar, una fecha... Inevitablemente siempre volves vos, y esas locas ganas de seguir intentando...




Yo soy la vida que ya tengo, tu eres la vida que me falta...

Contra mi mundo por vos...